Me sumerjo en mi infinito cosmos,
escucho el eterno silencio,
veo el pasado de lo que ya no es,
cuento las interminables estrellas de mi vida,
algunas siguen brillando aunque su luz está apagada,
otras no las distingo a pesar de su constante resplandor,
juego a cruzar de un lado a otro en la perversa ausencia...
palpo cada fugaz deseo de las estrellas...
y se desvanece cuando las tomo en mis manos...
el espacio varía en su tamaño a puro capricho,
me contrae...
se dilata...
me expande...
y sigo contemplando, sintiendo...
la reminiscencia de lo que será me atrapa,
soy su prisionero,
está escrito ahí en mi propio cosmos,
pero no se revela,
no me rebela...
y la sinfonía universal no deja de sonar,
esas notas perfectas de sonidos sordos
que hacen danzar a la creación misma.
Soy como el mismo cosmos,
todo y nada a la vez,
estoy,
soy,
voy,
vuelvo,
me quedo,
y nada, absolutamente nada se detiene...
Cosmos
Publicadas por César Zelar a la/s 6:37 p. m.
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