Nunca fui diestro para los números,
las ecuaciones no fueron (ni son) mi fuerte,
no entendí jamás las razones de la razón,
las complicaciones sin sentido,
los problemas no resueltos,
los resultados abstractos,
las especulaciones de no equivocarse...
El motor de mi vida es mi corazón,
mi mente es previsible y hasta matemática...
pero los impulsos me llevan a todos lados...
de a poco me conducen hacia la felicidad,
no mido distancias,
ni calculo tiempo...
x no es igual a y,
y no cualquiera suma sin restar...
no me atrae la monotonía de lo exacto,
la perfección no es cosa de locos...
dejo mi lugar a aquellos que amen lo perfecto,
lo justo y necesario...
me quedo con lo imprevisible de una sensación,
lo improvisado de una sonrisa...
y con el impulso de un beso,
la sorpresa de la palabra...
me quedo aquí,
jugando a pasar la vida...
sin razón alguna...
te quedas conmigo?
Anarquía de las racionalizaciones
Publicadas por César Zelar a la/s 10:55 p. m.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario