Lluvia en fuga


El cielo no deja de llorar,
y no puedo escapar de este refugio artificial
para que la lluvia sanadora aplaque este dolor.
Cada gota tiene el milagro del perdón,
de borrar aquello que nos encierra,
del nuevo comenzar,
del dejar atrás lo que pasó
para ilusionarse con un nuevo dolor.

Los estigmas no dejan de sangrar,
la piel no se renueva,
así como debería.
El cristal es mucho más fuerte de lo que parece,
y me protege (aisla) del mundo exterior...
la gente corre,
se refugia de la lluvia
y yo solo quiero alcanzarla,
permitir que me penetre,
que me purifique,
que me deje tal cual espero,
preparado, listo
nuevo, sano,
limpio de todo pasado,
de todo mal...

Pero esta caja no me deja salir
puedo ver como las gotas se desarman en el suelo
consumidas por la deseosa tierra sedienta de amor fluvial...
puedo escuchar el lamento de las gotas
cuando golpean el asfalto
que arde por un calor pasado...

La tormenta se escapa,
pero no puedo huir con ella
mis sacrificios lamentan el dolor de no encontrar la solución
mi cuerpo se agota,
se desvanece de todo lo que lo rodea...
necesita de esa agua milagrosa
que lo llene un poco mas...
tan solo para juntar las fuerzas necesarias
y poder salir.

La lluvia se fue,
y yo sigo aquí...
completamente seco.

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